Hola a tod@s!
Sí, así como lo leen. En estos días me he estado deslizando como por entre los versos de "Canción de la Vida Profunda" de mi compatriota, el gran Porfirio Barba Jacob. Esta semana trajo consigo sucesos de varios tipos que provocaron que la volubilidad de mi frágil condición humana se mostrara en su esplendor, teniendo cada día un carácter diferente, cambiante, maleable, totalmente inestable. Fue tan cercana la similitud con el poema mencionado que casi hasta el último verso me tocó -no en persona afortunadamente- sino muy de cerca; personas cercanas "levaron anclas para jamás volver". Hay sin embargo, aparte de la física, muchos tipos de muertes: la de las ilusiones, la del espíritu (la cual es terrible), la del amor, y la de algún sueño. Las despedidas..también -en parte- son muertes. Pero de toda esta vorágine de emociones en las que me enredé por estos días, también salieron cosas buenas, como fue el retomar la escritura de poemas, cosa que había dejado a un lado por bastante tiempo, decidiendo rescatar uno que fue escrito hace años y que está en mi cuento "Ventarrón" y aparece como cuota del protagonista.
Los dejo con éste, espero que les guste. Ah tampoco me sustraje a colgar el video de la canción "Fuiste tú", de uno de mis cantantes favoritos Ricardo Arjona, me pareció que quedaba bien...y si no..pues bueno, simplemente quería escucharla. Abrazos a tod@s!
VENTARRÓN
Todo cambia: lo que ha sido
y no es; todo ha cambiado,
en el vórtice supremo del pasado
también tu y yo hemos caído.
Tan solo el amor que te he tenido
del azote del tiempo se ha salvado;
sigue intacto, es el mismo, no ha variado;
te adoro más que nunca, no te olvido.
Y ese amor tan grande y poderoso
que el tiempo respetó en su camino
este amor tan puro y tan glorioso,
es todo cuanto tengo, y es mi sino
tan solo con amarte soy dichoso
aunque nos haya separado el destino.