sábado, 27 de diciembre de 2014

DICIEMBRE DE TITANIO


Hace un par de meses, escuché a mi hija María José cantar la versión en español de una canción llamada Titanium. Me causó curiosidad la letra pues hace toda una apología a la fuerza emocional y personal-cabría decir también-, el hecho es que al hacer Diciembre su arribo, no pude evitar volver a pensar en la canción, y ha estado rondando en mi cabeza día tras día de este mes que ( para mi fortuna ) ya está por finalizar. Sé que a muchos les puede sonar chocante, porque para esta época abundan los individuos que se ufanan de tener más espíritu navideño que Santa Claus en persona, sin embargo, no es mi caso. No me mal interpreten, no odio la Navidad, ni más faltaba,  simplemente  Diciembre es un mes neuralgico para mi, que me produce la misma sensación de estar nadando en el mar a las seis de la tarde, en contra de la corriente y en medio de la subida de la marea, propia de esa hora.

Pero...qué jodida relación existe entre la canción Titanium, mi hija María José, el mar, Diciembre y las posibles acusaciones en mi contra acerca de que me parezco al Grinch?
Existe una.

Una razón, una fecha, un acontecimiento que cambiaría el curso de mis diciembres para siempre. Una vez, yo viví un diciembre que transformaría mi forma de ver, no solo estas fechas, sino la vida misma.

Hace mucho tiempo, yo también esperaba con ansias las fiestas decembrinas, tengo aún recuerdos invaluables de las navidades de mi infancia y adolescencia; me gustaba tanto este mes, que cuando llegó el momento de fijar la fecha para mi boda, sin pensarlo dos veces dije: Diciembre!, y para no competir con los días festivos del 24 y 31, decidí casarme un 26 de Diciembre. (Así, habrían más días para celebrar).

Al quedar embarazada de nuestro primer hijo, las cuentas no se equivocaron, el niño nacería un día antes de la fiesta de las velitas, todo había salido perfecto, un nuevo día se añadía a las celebraciones decembrinas. Sin embargo, el destino tendría preparado algo totalmente diferente para nosotros. Mi hijo Jesús David vendría al mundo con nada menos que cinco mal formaciones cardíacas congénitas, en otras palabras, su corazón solo podría tenerlo vivo por unos cuantos días. Empezó entonces la carrera, contra el tiempo, contra los pronósticos fatales, contra la razón y contra la muerte. Yo, que hasta entonces había sido más bien de temperamento enquencle, propensa a lloriquear y gimotear por cualquier cosa, y con la fortaleza física y emocional de un merengue, conocí en aquel diciembre del 2000 el dolor en todas las facetas y en su más extrema manifestación. Con el alma desgarrada por el sufrimiento, sumado a los intensos dolores de una cesárea mal recuperada, emprendí  de la mano de mi esposo, el viaje a la capital con mi casi desahuciado bebé, subía y bajaba escaleras, recorría largos pasillos, sin aliento esperamos el dictamen médico que nos daría la oportunidad de una cirugía o el regresar a casa con él a esperar su partida, mientras mi esposo y yo esperábamos angustiados por la decisión del concejo médico, pidiendo a Dios una oportunidad, y que por piedad nos liberara de la terrible alternativa de verlo morir en casa delante de nuestros ojos, sin poder hacer nada. Al día siguiente lo operaron de urgencia, justo el 26 de Diciembre, día de nuestro segundo aniversario de bodas. Nunca recibimos ninguna esperanza; "es un mal pronóstico", "no se hagan ilusiones", "confórmense con saber que hicieron todo lo que podían". Nos tocó ver a nuestro pequeño héroe en las peores condiciones en las que un padre nunca quisiera ver a un hijo, pero también lo vimos luchar como un búfalo. Como un guerrero incansable, dio la batalla contra la muerte, y finalmente ganaría.

Por eso al escuchar la canción no pude evitar pensar en él, en mí, en mi familia. Titanio. Leyendo un poco encontré que es un metal de gran resistencia, rigidez, tenacidad, y buena resistencia a la corrosión. Entendí que el corazón de mi hijo es de Titanio, y no sólo su corazón, sino todo él. 

Han pasado 14 años y su lucha por la vida impactaría la mía propia. Desde aquel Diciembre en el que sufrimos y lloramos por él, en el que luchamos a brazo partido, esperanza contra esperanza, yo no volvería a ser la misma. Aquella mujer débil, frágil y hasta un poco superficial que yo era, desaparecería para siempre, quizás murió en algún rincón de los Cuidados Intensivos de la Clínica Shaio. En su lugar me dejaría esta nueva versión de mí misma. Más fuerte, nada materialista, existencialista hasta los huesos mismos, y revestida de una tenacidad que hace que no me rinda tan fácilmente. Sigo siendo sensible, sólo que ahora no dejo que cualquier persona o situación me lastime, y no permito que mis errores me corroan.

Aquel Diciembre del año 2000 fue de Titanio, cada día de aquel mes, y recibimos un recubrimiento de ese metal, todos. Cuando las flaquezas humanas quieren hacer que me rinda, solo miro a mi guapo y fuerte hijo, y sé cuan fuerte soy, y cuánto más puedo ser. Por eso, al llegar Diciembre, los sentimientos se encuentran y hasta colisionan en mi interior.

Me convierto en un monigote más tratando de seguirle el ritmo a todas las fiestas propias de la época, cuando lo que realmente quisiera sería estar en paz y tranquilidad en un lugar apartado y lejano disfrutando de los míos, tal vez en una cabaña, tal vez donde haya nieve, y al calor de los leños tomar un chocolate caliente, sin la "preocupación" sin sentido de colocar unos arreglos costosos que al cabo de un mes tendrán que retirarse, sin tener que pensar en el "importante" asunto de comprar los vestidos para Nochebuena y Año nuevo.

Finalmente, siento que el regalo más grande que hubiera podido pedir en toda mi vida ya me fue entregado. No espero más obsequios, ya tengo el mejor de ellos. Por último, quiero desearles un 2015 de Titanio. Que cada día sean más fuertes para cumplir sus sueños y para aceptar cuando no puedan hacerlo, que luchen por ser felices, pase lo que pase, que empiecen a restarle importancia a cosas como la perfecta combinación de un atuendo, o  la decoración de última moda para la casa, porque cuando se está a punto de perder a un ser querido, todas esas cosas pasan a un segundo plano.

Los dejo con el video de la canción Titanium en Español. Feliz 2015!

https://www.youtube.com/watch?v=QBEkkXbucu0


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