martes, 14 de agosto de 2012

ESPERANDO A CALÍOPE

Hola a tod@s!
En estos últimos días he estado como batallando en contra del tiempo, sin éxito alguno por supuesto, ya que bien es sabido que ganarle a Cronos es totalmente imposible. En medio de las exigencias laborales y las de las idas y venidas de la presentación de danza de mi hija (que finalmente es hoy a las 6 pm) intenté por todas las formas escribir una entrada sin lograrlo.Al fin hoy, le hice una escaramuza a Cronos para robarle unos minutos y me senté en mi computador, con la mente en blanco eso sí...blanco como el vestido de ballet de mi hija María José. De repente, una perfumada e invisible presencia pareció invadir la habitación y recordé algo...las estatuas que rodean al Teatro Heredia de esta hermosa ciudad que es Cartagena: Las estatuas de las Musas que engalanan la mitología griega, que siempre me ha atraído irremediablemente. En estos días en los ires y venires a ese emblemático Teatro llevando y recogiendo a mi hija a los ensayos, mis ocupados ojos pasaban indiferentes por las representaciones de las musas, hoy he recordado que la cantidad de ocupaciones y viajes de trabajo de los últimos días, me había hecho olvidar que estaba haciendo a un lado la necesaria presencia de La Musa para poder crear. Hoy quiero "disculparme" un poco con estas divinidades-tan esenciales para nosotros los escritores- y escribir esta entrada para ellas, aplicando a mi vida diaria y a sus nada trascendentales sucesos, su mágica presencia, y sin poder evitar mencionar algunas de las divinidades y héroes mitológicos.

Calíope se ha demorado en visitarme. Llevo en la cuenta varios días de múltiples ocupaciones, el trabajo y la familia cada vez exigen más de mi tiempo. La elocuencia que la Musa Calíope suele regalarme, ha estado ausente de mí en estos días. Cronos ha sido implacable conmigo, los minutos que destina para mi uso son escasos, no me alcanzan para nada, y cada vez que pretendo sentarme a escribir y a esperar a Calíope o a Polimnia, un imprudente correo de trabajo llega a mi bandeja de entrada o una llamada inesperada hace su arribo tocando un timbre estridente y molesto, y una vez más suelo aplazar la esperada visita. Sin embargo, Talía tuvo un poco de compasión de mí y el día de ayer en una jornada de trabajo en zonas rurales, me abrió el camino para continuar con mi novela costumbrista y me regaló de manera invisible el hilo que terminará de tejer la historia que continuaré en cuanto el señor trabajo lo permita.También en estos días he cometido unas cuantas equivocaciones, que me hicieron sentir como quizás se sintió Teseo, cuando equivocadamente su tripulación izó la bandera negra en lugar de la blanca, causando con ésto que su padre Egeo pensara que su hijo había muerto en Creta, Egeo se lanza al mar que en adelante llevaría su nombre, su larga espera terminó de la peor manera por la izada de la bandera equivocada. En estos días yo también izé la bandera equivocada en una que otra situación, y provoqué lanzamientos al mar.La caja de Pandora pareció querer abrirse y se fugaron una que otra calamidad y preocupación, pero logré cerrarla de golpe, pero en esta ocasión la Esperanza pudo quedar fuera, aproveché entonces para atraparla y guardarla en un cofre al lado de mi cama.Encuentros familiares desataron de igual manera la fuga de minutos entregados por Cronos, y así terminamos encontrándonos con Dionisio Dios del Vino, y nada más literal que ésto, ya que el resplandor rojizo de la embriagadora bebida, brilló con fulgor en la copa, que gracias a las atenciones de Dionisio rebosaba. Alegría por doquier en una fiesta de domingo, en un reencuentro largamente esperado.Mientras las Musas que me visitan con frecuencia, escatimaron su presencia conmigo, a cambio María José mi hija, ha contado con la inseparable compañía de Terpsícore, Musa de la Danza, quien ha destinado para ella lo mejor de su Gracia y sus regalos, y esta noche danzará a su lado en el escenario, mientras, yo, su madre, tras bambalinas, la esperaré para ayudarla a cambiar sus vestidos y abrazarla. En tanto, esperaré el momento adecuado para sentarme, muy dispuesta a recibir...a la Inspiración y la Elocuencia.


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