lunes, 25 de junio de 2012

ROSAS EN EL JARDIN

ROSAS EN EL JARDÍN

Recuerdo cuando era muy pequeña, solía visitar la casa de mi tía Susana. Me encantaba ir porque era una casa grande, espaciosa, fresca. Tenía un hermoso jardín con muchas plantas y flores bien cuidadas. En medio, mi padre había mandado a colocar un columpio, precisamente para que yo me meciera en él cuando fuéramos de visita; mi condición de hija única me hacía susceptible a la soledad y el aburrimiento, añoraba tener una hermana o hermano con quien compartir los juegos, pero los años pasaron y mi deseo nunca se cumplió. Crecí y llegué a la adolescencia, a mis 16 años me había convertido en una jovencita bastante atractiva y rebelde; no supe en que momento dejó de interesarme visitar a mi tía quien envejecía en medio de la soledad de su cómoda casa. Una tarde de junio, cuando el calor se hacía insoportable, salí con mis amigas a tomar un helado. El taxi pasó por la esquina de la casa de mi tía, algo sobrenatural e inexplicable me empujó a decirle a mis amigas que prefería quedarme para visitar a mi tía Susana, ya que tenía mucho tiempo sin verla. En medio de los refunfuños de mis amigas me bajé del taxi y caminé rumbo hacia la casa de mis juegos de infancia. Toqué la puerta.  Mi tía al verme de pie en el umbral se emocionó de tal forma que su cara ya envejecida pareció resplandecer, entré y sentí un ramalazo de nostalgia al hallarme dentro de aquel lugar, en otro tiempo tan especial para mí.- "voy a prepararte algo rico, espera un momento"-. Asentí y me dirigí al jardín de mis sueños de niña para esperar las colaciones que sabía me prepararía mi tía. De pie en lo alto de las escalinatas mi mirada recorrió el lugar poblado de plantas y flores, mi antiguo columpio se mantenía intacto en su sitio, como esperando que yo regresara a mecerme en él , para soñar con príncipes y amores inmortales que solo le ocurrían a las bellas damas de los cuentos.
Absorta en mis cavilaciones y recuerdos estaba, cuando vi un bello muchacho con jeans y camisa de cuadros ocupado en la tarea de podar un azahar de la india; era la época del año en la que florecía y la planta estaba colmada de flores, imaginé el olor que despedirían en las noches. Aparentemente él no me había visto, sigilosamente me acerqué. -"Hola, quién eres?"- le solté el saludo al llegar a su lado, entonces, levantó la cabeza y apareció ante mí la cara masculina más hermosa que jamás había visto. Quedé prendada de sus ojos azules. -"Hola soy David, vengo a ayudarle a la señora Susana con el cuidado del jardín, y tú eres...".-"Laura,-dije completando la frase- soy la sobrina de Susana."- Sentí que me miró de una forma especial, con calidez, me dio la mano, estaba un poco sucia por el trabajo con las plantas y no me importó, hablamos alrededor de unos quince minutos, al cabo de los cuales se despidió de mí diciéndome que no le comentara todavía a mi tía que habíamos estado hablando, quizás se molestaba y no lo volvía a buscar para mantener su jardín. Quedamos en volver a vernos en cinco días a esa misma hora, ya que aquel era el horario en el que él se encontraba. Me despedí de David, quien salió rápidamente por la puerta externa, yo entré a la casa a comer mis colaciones, guardando silencio tal como habíamos acordado, y literalmente conté los días para verlo nuevamente. Llegó el día esperado, y con mi ropa más favorecedora me fui a visitar a mi tía. Como en una extraña repetición, me abrazó y se fue directo a la cocina a preparar mis colaciones y batido de fresa que me encantaba. Corrí hacia el jardín, y allí estaba él... de pie junto al rosal. Me acerqué, y al tenerlo en frente de mí nos miramos atravesándonos con nuestros ojos hasta encontrar un punto en lo más profundo de nuestras almas, él acarició mi cara con sus manos, las sentí limpias pero un poco frías, nos besamos. Fue un beso mágico, muy parecido a los de mis sueños en el columpio. Mis ojos se concentraron en el rosal, y lo único que acerté a decirle fue -" David... por qué el rosal no ha florecido?" Sus dulces ojos azules me miraron con ternura para responderme.-"Cuando regreses, mi amor lo llenará de rosas".-Un ruido en la cocina nos alertó de la llegada de mi tía, dejándome el tiempo suficiente para darle un beso y definir la próxima cita que sería allí mismo, en  el jardín, al día siguiente. Nos prometimos hacer frente a la situación y poner en conocimiento de nuestro naciente amor juvenil a mi tía.
Las horas pasaban muy lentamente y yo me debatía en medio de la ansiedad y la ilusión por verlo nuevamente. Al fin, a la hora acordada llegué a la casa de mi tía, pero esta vez decidí  entrar al jardín por la puerta que conducía a la calle, quería verlo antes que a nadie. Busqué con mi mirada, mi solitario columpio se mecía al vaivén de la brisa en un juego nostálgico y melancólico. David no estaba en el jardín, me sentí triste, caminé cabizbaja con rumbo hacia la escalinata que conducía al interior de la casa, y al hacerlo una fragancia conocida inundó mis sentidos; olía... a rosas, levanté la cabeza y mis ojos se toparon con el rosal... totalmente florecido, rosas rojas y rosadas se abrían resplandecientes inundando con su presencia el jardín de mis amores. Corrí al interior de la casa, mi tía sentada en su mecedora favorita leía un libro, al verme se sorprendió,-"Laurita, por donde entraste?"- me pareció que su cara palidecía.-"Pues tía Susana, por la puerta trasera, la que da a la calle. !Ven tía querida! el rosal ha florecido totalmente, eso se lo debemos a David, él lo prometió, es que sabes tía... él y yo nos hemos hecho amigos, es más nos gustamos, pero lo estoy esperando y no ha llegado aún"- le solté la retahíla de un solo golpe casi sin respirar, sin embargo, la palidez de su rostro me hizo frenar en seco mi atropellada carrera de palabras. -"Hija... por favor! ¿qué es lo que dices...qué significa esto?... tú te sientes bien Laura?".- Después de escucharla, la sorprendida era yo, ¿qué quería decirme mi tía?, insistí.-"tía vamos al jardín por favor, verás como el rosal ha florecido, David lo prometió, no pensé que iba a ocurrir tan rápido, ven".-Mi tía Susana se levantó con una expresión de piedad y tristeza en el rostro, llegamos a lo alto de la escalinata y señalé el hermoso rosal florecido. La fragancia de aquellas rosas sin igual tocó el corazón de mi tía y sus lágrimas cayeron a raudales por sus mejillas.-"Laura cómo era ese muchacho? dime"..- Me lancé en una detallada y enamorada descripción del muchacho que había robado mi corazón. Nunca hubiera imaginado que algún día escucharía lo que mi tía Susana me reveló esa tarde en el jardín. -" Laura, ese muchacho con el que hablaste, es David, un chico adorable que vivió en la casa de al lado. Durante el tiempo que fue mi vecino me ayudaba con el cuidado de las plantas del jardín, su preocupación era hacer florecer el rosal, yo le decía que eso era imposible pues el rosal nunca había dado rosas, él siempre contestaba bromeando que quizás con un beso de amor florecería... pero David,-dijo entre lágrimas- no alcanzó ni a ver el rosal florecido ni a dar su primer beso pues perdió la vida en un accidente. Tú ni siquiera habías nacido. Laura... David no está vivo, sólo regresó para cumplir dos de sus anhelos pendientes al irse".
¿Qué podría yo decirles al respecto? Aquella tarde no sentí miedo, sólo una dulce melancolía, mi corazón buscó consuelo en la imagen esplendorosa de aquel rosal florecido. Mi tía Susana y yo, lloramos abrazadas en la escalinata de su jardín, y establecimos un pacto de silencio que respeté hasta el día de hoy en que publico mi historia, cuando ya han trascurrido treinta años desde entonces, y mi tía ha partido hace tiempo a la eternidad, para encontrarse con David, en el jardín supremo donde los rosales florecen todo el tiempo y los sueños  se hacen realidad.
Fin.

5 comentarios:

  1. Hola mi nombre es Anna del blog romance y socia del club de las escritoras.
    Yo tambien soy escritora y me gustaria invitarte a visitar mi blog, donde escribo poesia y relatos.
    Un beso y te espero
    Te sigo y leeré tu historia poco a poco

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  2. Hola Anna, por supuesto estaré visitando tu blog, y ven cada vez que quieras, ésta es tu "casa". Un abrazo desde Cartagena de Indias- Colombia.

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  3. Hola Diana!
    Aquí venimos del Club de las Escritoras a visitarte y a darte la bienvenida. Te envío un abrazo.

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  4. Gracias Miranda! qué bonito detalle pasar por aquí a dejar la bienvenida. Un abrazo también para ti!

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  5. Ami querida.... bonita historia de amor.

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