lunes, 30 de diciembre de 2013

SALIMOS EN LA EDICION ESPECIAL DE EMBLOGRIUM!!

SALIMOS EN LA EDICION ESPECIAL DE EMBLOGRIUM!!
Hola a tod@s, comparto con ustedes entrevista realizada por la Revista Emblogrium, estoy muy emocionada, cerrar el 2013 con tan gratificante experiencia no tiene precio. Felicito al equipo de Emblogrium y RBC y gracias por haberme tenido en cuenta para esta edición. Un abrazo y un beso gigante, se les quiere "de gratis".  Les dejo el enlace.

http://issuu.com/rbcnew/docs/emblogrium_edici__n_especial/41?e=9481079/6151105

sábado, 14 de diciembre de 2013

ENTREVISTA!!!


Hola a tod@s!!. Les cuento que estoy muy contenta con las cosas que están pasando por aquí. Kyoko, del blog Sabious Words, muy gentilmente me entrevistó. Fue una experiencia muy gratificante, divertida y ...bueno sin más "habladurías", les dejo el enlace a la entrada de la entrevista en el blog de Kyoko, no sin antes agradecerle su gentileza y el apoyo que me ha brindado a mi y a mi obra. Besitos!


domingo, 8 de diciembre de 2013

Una navidad largamente esperada

Hola a tod@s
Espero que estén disfrutando de la temporada más festiva del año. Hoy les regalo este cuento inspirada por el espíritu navideño. Disfrútenlo!!

UNA NAVIDAD LARGAMENTE ESPERADA


El tiempo había transcurrido muy lentamente, o al menos eso sentía Celia. Como cansados ancianos los meses del año se habían literalmente arrastrado, hasta llegar al último de ellos, Diciembre estaba ahí, y ya iniciaba su agónica caminata hacia el final del año. No era de extrañarse la ausencia total de espíritu navideño en Celia, pues desde pequeña estaba acostumbrada a pasar sin pena ni gloria la temporada de navidad y fin de año, más ahora que a sus 55 años, ya marchando en las filas de la edad madura, y con una artrosis implacable, su ánimo no estaba para festejos.
Sin embargo, la llegada de Diciembre fue inevitable, y con él arribaron también el bullicio, las luces, el jolgorio y la espiritualidad como compañeros inseparables del mes esperado con ilusión por tantos, pero que en la adusta mujer solo despertaba un sentimiento de fastidio e incomodidad ante la inevitable salida de la rutina que traía consigo la temporada más festiva del año.
Muchos años atrás, y cuando Celia era muy pequeña e inocente para conocer la injusticia y la mentira, la soleada mañana de un 7 de diciembre había salido junto con su madre a comprar los faroles y velitas para alumbrar el amanecer del día siguiente, fecha en la que en su natal Barranquilla se celebraría la fiesta de la Inmaculada Concepción con el populoso nombre de "el día de las velitas".
Todos esperaban con afán la fecha pues brindaba motivo de festejo para todo tipo de público; para los niños era la oportunidad perfecta para levantarse antes de la aurora a encender las velitas, colocándoles faroles de colores vistosos y con ellas prender también los traqui traquis, cebollitas, totes, luces de bengala y volcanes de luces de colores; para las señoras rezanderas, finalizaba la novena de la Inmaculada Concepción de María y era el último día del rosario de la aurora; y para los parranderos era el remate perfecto para la fiesta de la noche anterior, cerrando con broche de oro los tragos de la noche con un desayuno de chicharrones con yuca, y prendiendo las velas en la puerta de la casa.
Celia y su familia también esperaban el amanecer del día siguiente, y quizás para acelerarlo, la niña se fue a dormir más temprano que de costumbre. Quería que llegara el alba rápido para ella también levantarse a encender las velitas, los volcanes y totes que le había comprado su madre por exigencia de su padre quien había dejado dinero haciendo énfasis en ello. Hacía algún tiempo que  había notado un distanciamiento entre sus padres, antes tan cómplices y cercanos, de unos meses a esa fecha, su madre se había vuelto lejana, callada, siempre sumida en misteriosas cavilaciones; mientras su padre se veía desesperado y azorado. En su pequeño mundo aún no había la malicia necesaria para entender el complicado mundo de los adultos, más intuía que algo desconocido estaba a punto de hacer tambalear su sencillo universo. 
Aquella navidad había sido muy esperada por Celia, pues a pesar del extraño comportamiento de sus progenitores, su padre le había prometido la casa de muñecas con la que ella soñaba desde hacía mucho tiempo, él no iba a mentirle, él había prometido que en la noche de navidad le entregaría el regalo deseado, y ella lo conocía muy bien. Él no le fallaría.
Aquella noche se durmió soñando con la hermosa casa de muñecas y el rostro de su querido y afanado padre, recuerda que en medio de las sombras de la noche su madre la incorporó para darle un beso y llevarle su medicina para la tos y hacerla beber un poco de agua, ávida y sedienta bebió la azucarada solución y el vaso de agua y volvió a dormir con una sensación de paz y de felicidad.
Un golpe de sol pasando como a través de un cristal taladró sus párpados cerrados. Un acalorado vaivén la mecía de un lado a otro en medio de un ambiente sofocante, haciendo un esfuerzo abrió los ojos y se vio en brazos de su madre en pleno viaje de autobús. Celia solo recuerda el apretado abrazo de su madre y sus palabras explicándole que habían tenido que irse de casa, pues su padre se había emborrachado y quería hacerles daño. En su mente infantil no había espacio para la magnitud de tan horrible declaración, solo cabía la certeza que nunca más vería a su padre y que la navidad esperada  había desaparecido y junto a ella la esperanza de tener la anhelada casa de muñecas.
Celia y su madre iniciaron una nueva vida en un pequeño pueblo del interior del país. Del calor de la costa pasaron al frío del páramo, y poco a poco la niña se acostumbró al violento cambio, desde entonces la navidad se convirtió en una fecha incómoda para ella. De más está decir que el traumatico suceso la convirtió en una mujer fría, poco dada a creer en las personas. Su madre nunca quiso durante todos esos años explicarle a fondo las razones de su decisión, llevándoselas a la tumba, y ella tampoco tuvo deseos de conocerlas, sólo había quedado la sensación de un vacío inmenso donde alguna vez hubo algo muy grande.
Los años pasaron. Celia en medio de su soledad arrancaba hojas en los calendarios hasta llegar en medio de un fastidio inevitable al  para ella desagradable diciembre. Ese año no iba a ser distinto a todos los anteriores, simplemente trataría de mantener al máximo su rutina diaria y sobreviviría al bullicio y al acelere de los 31 días de aquel mes. En lo que concernía a Nochebuena y Año nuevo, la estrategia sería la misma: irse a la cama temprano. La noche de Navidad se disponía a acostarse cuando sonó el timbre de la puerta, se extrañó pues no esperaba a nadie y los pocos amigos que tenía sabían que no acostumbraba celebrar esas fiestas. Se dirigió con paso receloso y colocando la cadena de seguridad abrió la puerta para encontrarse con un hombre joven de rostro atractivo y de impecable aspecto.
-A la orden.-dijo con tono inseguro.
-Buenas noches, eres Celia Miranda?
-Si, soy yo. Con quién tengo el gusto?
-Mi nombre es Jaime Miranda... y soy tu hermano.
A punto estuvo de cerrar la puerta de un golpe cuando algo increíblemente familiar apareció en los ojos de aquel hombre impidiendo el portazo.
-No sé si me arrepienta, pero será mejor que entre.
Abrió la puerta para darle paso a su supuesto hermano, era de alta estatura, muy atractivo y se le veía la apariencia de persona adinerada, al entrar tomó asiento en la primera silla que encontró.
-Verás,- inició Jaime,- mi padre era Gabriel Miranda, yo tengo 35 años, tú 55, tu madre te arrebató del lado de mi padre cuando tenías 6 años, te llevó muy lejos en medio de la noche, abusando de un antihistamínico para la gripe que te habían recetado y que te causó la somnolencia que ella necesitaba. En aquellos días mi papá trabajaba horas extras de noche en una fábrica para poder cubrir con los gastos pues la situación financiera se había vuelto insostenible. La noche del 7 de diciembre, aceptó el turno ya que por ser un festivo le pagarían el doble. Estaba impaciente por llegar de madrugada a encender las velitas contigo pero encontró tu cama vacía y ni rastro tuyo ni de tu madre, sólo esta carta que tu madre le dejó y que espero traiga toda la claridad que mereces.
Temblando, Celia tomó entre sus manos el amarillento papel guardado por 49 años, reconoció la caligrafía elaborada de su madre.
Gabriel:
Cuando leas esto ya me habré ido lejos con Celia. Sabes lo tensa que ha estado nuestra relación últimamente, me siento aburrida de todo. Para mi es muy duro pasar tantas necesidades y carencias, siempre haciéndonos falta tantas cosas. Creo que hay algo de pobreza de espíritu en ti, veo que solo te conformas con ser un obrero en la fábrica y no vas más allá. Mientras todavía me quede algo de amor, prefiero irme y llevarme la niña, acepté un empleo que me ofrece una amiga de infancia en otra ciudad y me marcho. Te pido que no nos busques si algo de amor le tienes a tu hija, y déjame buscar para ella mejores horizontes.
Deseo que te vaya bien en  todo.
Lucy.
Un frío glacial la recorrió mientras las lágrimas caían a raudales empapando el viejo papel. Jaime se levantó para abrazarla.
-Celia todo esto fue muy difícil para mi padre. Cuando tu madre te separó de él,  mi padre no era más que un hombre muy pobre sin recursos económicos de ningún tipo, pasaron muchos años cuando conoció a mi madre e inició su vida junto a ella, yo nací entonces y se dedicaron con mucho sacrificio a sacarme adelante, estudié y me hice a una brillante carrera. Tuve los mejores padres del mundo, pero me entristecía ver la melancolía en el rostro de mi padre sin saber el motivo. Hace 2 años antes de morir, me contó la historia, me entregó la carta y me pidió que si algún día yo te encontraba te dijera la verdad, te enseñara la carta y si estaba en mis manos hacerlo cumpliera por él un deseo tuyo que la fatalidad no le  permitió realizar.
A esas instancias, las emociones habían derretido el hielo del corazón de Celia y sus lágrimas bañaban su blusa, sólo se dejó llevar, abrazando fuertemente a su recién conocido hermano quien aún le tenía reservada la mejor de las sorpresas.
-Hermana, mi papá no te pudo comprar la casa de muñecas porque te arrancaron lejos de él, pero en cambio, hoy, en su nombre quiero que aceptes esto: -tomó sus manos colocando entre ellas un llavero.
-Estas son las llaves de tu casa, la casa de tus sueños, la he comprado para ti, acéptala como si la recibieras del padre que la vida y la injusticia te arrebataron.
Aquella noche, Celia tuvo al fin la Navidad por la que había esperado tantos años,  la vida le reponía por medio de un hermano, al padre que injustamente le arrebataron. La verdad había llegado trayendo paz al fin a su espíritu. Después de tantos años su amado e inolvidable padre cumplía su promesa: la casa de sus sueños de niña. Para Celia, la Navidad largamente esperada había llegado.

FIN

viernes, 8 de noviembre de 2013

GALERIA DEL HORROR


                                                                                                       
                                                                                                       

Escribo este post siendo las 9:30 pm. El silencio y la soledad reinan en mi casa, lo cual es algo totalmente extraño, sin embargo el  raro fenómeno es producto de que mis hijos mayores se encuentran en cine y mi bebé durmiendo plácidamente como eso precisamente: un bebé. Me he animado a escribir esta entrada, como "reconocimiento"....(sí..así...entre comillas) a aquellas historias que lograron ponerme los pelos de punta en varias épocas de mi vida. Así pues que sin más, me dispongo a abrir mi galería del horror y los invito a entrar conmigo para que compartamos juntos el miedo que aún hoy me inspiran estas historias


EL GATO NEGRO
Pocas historias son tan espantosas, retorcidas e impresionantes como este cuento de Edgar Allan Poe.
Contado en primera persona, narra la historia de un hombre que... (curiosa coincidencia), sucumbe ante el vicio del alcohol, dejándose caer en un delirio maligno que lo lleva a cometer horribles y degradantes actos de maltrato y tortura contra su mascota: un gato negro. El hombre se deja arrastrar por su demencial odio y obsesión hacia el animal, hasta el punto que en una de sus habituales borracheras lo ahorca. Este hecho marca la horrorosa trama que nos lleva a ser testigos de la aparición en escena de un nuevo gato que misteriosamente llega a reemplazar a la víctima de la barbarie del protagonista, y con su llegada se desencadenan los sucesos que conducen al macabro desenlace. Poe nos muestra una vez más con este cuento, su capacidad para crear y contar las más retorcidas historias sin alterarse ni un ápice, pocas historias de horror están escritas con tanta frialdad y morbo como esta de El Gato Negro, se puede sentir casi el etílico aliento del gran escritor entre los párrafos de la historia. Narrada en primera persona, y con un alcohólico como protagonista (repito: extraña coincidencia), esta obra del gran Edgar Allan Poe abre mi Galería del Horror.

FANTASMAS
Esta novela de Peter Straub y publicada en 1986, trata de cinco ancianos, amigos desde la juventud, quienes viven en el tranquilo pueblo de Milburn, lugar en el que aparentemente nada turba la cotidianidad, el extraño suicidio de uno de los miembros del grupo de amigos el año anterior marca el comienzo de una trama alucinante. Los cinco amigos( la Chowder Society") se reúnen semanalmente para contarse historias de fantasmas,  pero todas ellas palidecen ante la espantosa realidad que se encierra en el pasado de estos hombres. Un maligno ser proveniente del ayer los persigue y los tortura para hacerles pagar un  grave error de juventud; además este siniestro ser no está solo, otros antiguos fantasmas se le suman en su empeño de destruir no solo a la "Chowder Society" sino a la apacible población de Milburn.
Esta obra de Peter Straub, no es un cuento de fantasmas más, es una sucesión de historias que se enlazan y confluyen en una sola, el autor logra de manera magistral esta perfecta y aterrorizante sincronía. La leí  por primera vez hace 12 años, y aún hoy me sobrecoge el ver el lomo del libro en mi biblioteca.

"Qué fue lo peor que hizo usted en su vida?
-No se lo diré, pero le diré lo peor que me sucedió...lo más terrible..."

EL RESPLANDOR
El best seller de Stephen King, tiene todos los elementos necesarios para aterrorizar a cualquier persona. Un hombre que acaba de perder su empleo y al borde de la quiebra, consigue un trabajo que consiste en cuidar un  enorme y viejo hotel en las montañas, que durante el invierno cierra sus puertas para el alojamiento de huéspedes. El nuevo empleo, conseguido por Jack Torrance involucra a su esposa Wendy y su hijo Danny, quienes por obvias razones deben instalarse junto con el padre de familia en el hotel por los meses que demore la temporada de invierno y este vuelva a abrir.
El hotel Overlook esconde sin embargo dentro de su añosa belleza un trágico incidente: en el pasado un hombre contratado para cuidar el hotel en el invierno, pierde la razón y en medio de la locura asesina a su esposa y a sus dos pequeñas hijas gemelas.
Esto sumado a la evidencia de una aparición fantasmagórica en la habitación 217 donde años atrás es hallado en la  bañera el cadáver de una anciana mujer, que se encontraba viviendo su última aventura  con un muchacho de 17 años.
Un hotel antiguo y solitario repleto de fantasmas, un hombre con un pasado de adicción al alcohol y con tendencia a maltratar a su hijo a pesar del amor que le profesa, un niño poseedor de un  poder sobrenatural, (El Resplandor), hacen de este libro una de las obras maestras de la literatura de este género. En otra de mis entradas " CASAS, LUGARES Y ENTORNOS QUE INSPIRAN...MIEDO", hago referencia a este libro al citar el Hotel Stanley, lugar de inspiración de Stephen King para escribir su famoso best seller.   Con respecto a la película que lleva su nombre, debo decir que no le hace honor al libro, pero se le abonan otras cosas como es el que muchas personas ( y me incluyo en ellas), hemos llegado a la lectura de la gran obra de Stephen King gracias al impacto que despertó en nosotros la película. El Resplandor se constituye en otro de los libros que más temor han despertado en mí.

CÓDIGO DEL TERROR
Este título corresponde a una serie de guiones creados inicialmente para la radio colombiana en los años 70. En estos programas, transmitidos a las 8 pm por una prestigiosa cadena radial, se representaban historias de terror, vampiros, momias, seres del averno, macabros personajes protagonizaban estas entregas nocturnas que le quitaron el sueño a muchos en una época donde la radio era dueña y señora de las telecomunicaciones. Una generación sufrió pesadillas por causa de esta serie, muchos títulos vienen hoy a mi memoria como los responsables de mis miedos infantiles: "Un extraño invitado", "La muerte llega a la cita", "El bus de Medianoche", "Los animeros del otro mundo", "La procesión de los espectros", "El macabro árbol de Navidad", "La Madremonte", "La Mariposa de la muerte". Los gritos espeluzantes de los atormentados protagonistas ponían los pelos de punta, los pasos resonando, los truenos y demás sonidos aterradores que escapaban por los parlantes de la radio, hacían de las noches colombianas de entonces una esperada tortura, sí, esperada, porque en un extraño masoquismo, quienes escuchaban un capítulo, estaban dispuestos a volver a sufrir el suplicio con tal de no perderse ni un episodio de la apasionante serie de terror, y de la cual se sacaron comics en años posteriores
La traigo a colación porque yo tuve el privilegio no solo de escuchar la serie, de leer los comics, sino también de leer sus guiones, transcribirlos, sacarle copias, manosearlos en otras palabras, y transcurridos varios años de la primera temporada, y, siendo una precoz niña de 12 años, la vida me dio el honor de actuar en la segunda temporada de la serie radial, haciendo parte del elenco de la Cadena Caracol de la Costa. Allí descubrí los secretos de los efectos especiales, supe que los pasos que resonaban en el pavimento como venidos de ultratumba eran resultado de caminar zapateando con fuerza en una tabla,   que los truenos eran resultado de sacudir una lámina de zinc frente al microfono, que el galope del caballo del jinete sin cabeza era producto de las manos del actor golpeando contra su pecho.... conocí como se hacía radio, y aprendí a actuar. Contábamos además como actores la gran fortuna de tener como director al genio creador de las aterradoras historias de la serie. Hablo del escritor, guionista, y periodista barranquillero Alvaro Ruiz Hernández, a quien la prensa colombiana llamó " El Edgar Allan Poe colombiano". Con todos estos antecedentes podrían ustedes pensar que mis miedos hacia estas historias debieron menguar; siento decirles que ocurrió todo lo contrario, pues cuando se cerraba la jornada de grabación de los episodios los sábados en la tarde, y mientras todos los actores se dirigían hacia sus hogares, yo tomaba la mano de mi padre quien era el autor, director y guionista de la serie, nos íbamos a casa, donde yo tenía el trabajo de rescatar de una caja de cartón los amarillentos libretos de la primera temporada de Código del Terror, y ayudarle a mi papá a pasarlos en limpio para las grabaciones semanales. Recuerdo aún el olor ligeramente enmohecido de los viejos libretos, y más aún, recuerdo con nitidez las historias que leí, releí, transcribí y actué en esa época de mi vida. Todavía hoy, son las historias de terror de mi padre las que más dejaron huellas en mí, huellas de sangre, huellas mendelianas, huellas de amor, y la inevitable inclinación hacia un género que me acompañó durante la mayor parte de mi vida. Por todas estas razones cierro mi Galería del Horror, con la más temida, admirada y amada obra del terror que he leído. "Código del Terror" del gran maestro Alvaro Ruíz Hernández.




jueves, 24 de octubre de 2013

JOYLAND...STEPHEN KING

El fin de semana salí en busca de un libro que mi hijo mayor necesitaba para el colegio, y como son tan pocos los momentos de ocio y soledad de los que dispongo últimamente, aproveché para caminar con lentitud y despreocupación entre la estantería curioseando los títulos expuestos, hojeando algunos que me llamaban la atención, me sentía deliciosamente cómoda, relajada y feliz en ese ambiente silencioso lleno de libros. No iba con la intención de comprar nada para mí, incluso, ya me marchaba, cuando mi mirada en retirada chocó en la sección de literatura de misterio con el nombre en letras blancas y grandes: STEPHEN KING... di reversa inmediatamente y tomé el ejemplar entre mis manos; más abajo el título en letras más pequeñas y rojas: JOYLAND.  Leí  la sinopsis, y no pude evitarlo... lo compré inmediatamente. Se trata de uno de los últimos libros de el Maestro del Terror, del cual soy ferviente admiradora desde muy jovencita. De más está decir que lo devoré literalmente, sintiéndome una ladrona de minutos en medio de las siestas de mi pequeña bebé, mientras esperaba atender a alguien en mi trabajo, y con una lamparita en mi habitación mientras mi  durmiente marido soportaba con amorosa paciencia la intrusa claridad. Pues bien, ayer terminé la lectura, y hoy sucumbo a la tentación de lanzarme a entregarles la reseña de JOYLAND, espero que la disfruten.

Corre el verano de 1.973. Devin Jones es un estudiante universitario que encuentra empleo en un parque de atracciones llamado Joyland, este parque tiene una singular característica sin embargo: fue el escenario de un crimen espantoso: Una muchacha fue cruelmente asesinada en la casa embrujada del parque, y en torno a ese horrible acontecimiento se había tejido la leyenda que su fantasma se aparecía en ese lugar, muchas veces inclusive como parte de la macabra utilería de la atracción más oscura del parque. Devin se ve inevitablemente envuelto en el misterio del fantasma de Joyland. Sin embargo el parque de atracciones deparaba para él otras sorpresas. Conoce a Madame Fortuna-la vidente del parque-.Sus constantes aciertos en cuanto al reciente desengaño amoroso de Devin, lo hacen casi convencerse que ésta posee "la visión", por eso prestó especial atención al augurarle que conocería un niño que sería trascendental para su vida.
El augurio de la vidente se cumple, desatándose peligrosas situaciones que pondrán a Devin en el epicentro de la maldad de un ser tremendamente siniestro.
Un crimen no resuelto, un parque de atracciones de misterioso encanto, un fantasma que se resiste a ser olvidado, una mujer y un niño con poderes sobrenaturales, sumado a una época en la que los parques de atracciones eran el culmen de la diversión, hacen de esta historia una obra muy completa. Reconozco que carece de la espectacularidad de otras obras del autor, pero logra el objetivo de desarrollarse en una trama melancólica, misteriosa, atrapante, tiene además la ventaja que es muy ligera para leer, posee sus partes en los que honestamente da miedo-yo tuve que pedir compañía para ir a tomar agua una noche-. Maneja además elementos que son comunes en las obras de King, como los niños con poderes sobrenaturales, y por supuesto...los fantasmas.
Que si la recomiendo?   Abiertamente... Solo que quizás cuando regrese a mi ciudad el próximo parque de diversiones, no me acercare-ni dejaré que dos muchachitos que conozco se acerquen-, a la casa embrujada.
Gracias por visitar este blog....y nos leemos pronto!

jueves, 17 de octubre de 2013

A MIS HIJOS....

Hola a tod@s!.
Regreso después de una larga licencia por haber dado a luz a mi tercera hija Carolina del Mar, han sido unos meses muy intensos, pletóricos de felicidad y de abnegación cuidando ese hermoso regalo del cielo, mi nueva musa. Ya con 4 meses y medio de edad, siento que ha llegado la hora de volver a escribir, pues mi mente está lista para el retorno, así como mi cuerpo ha parido un ser maravilloso y perfecto, mi imaginación se encuentra ansiosa por dar a luz nuevas historias. Hoy vuelvo, con una poesía inspirada por aquellos que son el motor de todo lo que hago. A mis hijos: Jesús David, María José y la pequeña Carolina del Mar.

A MIS HIJOS

En el fragante jardín de mi existencia
tres hermosas flores crecen bien cuidadas
cada una con su fragancia excelsa
alientan mis días con su magia perfumada.

La primera de ellas nació en plena primavera
la rosa de mis sueños y primicias
traía entre sus espinas una dolorosa quimera,
más ésta se convirtió en mi delicia
al crecer la rosa, de mi jardín la primera.

La segunda flor brotó en marzo, una mañana
una dulce orquídea, tan única y bella,
su aroma me elevaba más allá de las estrellas,
de la rosa de mis amores, se convirtió en su hermana.

Los años azotaron mi jardín con inclemencia;
lluvias, vientos, soles, alegrías y sinsabores,
interminables estaciones no lograron en su crudeza
maltratar la rosa y la orquídea de mis amores.

Y justo cuando un otoño fiero
parecía quedarse sin tregua en mi terreno,
una noche de junio, con el mal tiempo en desafuero
contra toda adversidad, un rosado clavel,
brotaba en mi jardín, completo finalmente,
fragante aroma, dulzura de miel,
son tres flores, la tercera esperó pacientemente,
a ser plantada por el Supremo Jardinero fiel.








jueves, 4 de abril de 2013

Historias sobrecogedoras:" FLORES EN EL ATICO " sordidez literaria o dura realidad?

Mi primer encontronazo con esta novela de V. C. Andrews se llevó a cabo de manera poco convencional. Así como sucede con las cosas y personas inolvidables en la vida,  ocurre con los libros que de una u otra forma logran dejar algún tipo de huella indeleble en el lector. 
Precisamente es el caso de esta genial novela, que en lo particular a mí me cuesta encasillar en un género, pero estaría entre el suspenso y el thriller sicológico. Era el año 1989 y yo era una adolescente bastante intelectual, de gafas y nariz metida en cuanto libro apareciera. Recuerdo que fue una compañera de clases del colegio quien llevó los dos primeros libros de la saga (que consta de cinco libros),  de esa manera, el ejemplar de “Flores en el Ático” cayó en mis manos. Fue toda una odisea emprender la lectura de esa apasionante historia en medio de los intervalos de las clases, en las horas de recreo y hasta en las clases mismas, desatendiendo por completo las explicaciones de los profesores, (creo que fue en esa época en la que perdí el hilo de las matemáticas para no volver a encontrarlo jamás). 
Para mayor de mis torturas, mi compañera no prestaba los libros para leerlos en casa, así que yo esperaba anhelante que llegara el día siguiente para continuar con la lectura. De esa angustiosa forma leí “Flores en el Ático” y el segundo libro de la saga: “Pétalos al Viento”, aunque debo decir, después de haberlos leído todos, que ninguno supera al primero, y que si acaso el último de ellos, "Jardín Sombrío" lo igualaría, pero sólo porque en él se desenvuelve la horrorosa madeja que V.C. Andrews logró tejer magistralmente con la impresionante trama de Flores en el Ático. Como dato curioso puedo decirles que "Jardín Sombrío" es una obra póstuma de V.C. Andrews y fue terminada por otro escritor contratado por su familia y quien firmó con el nombre de la autora... pero eso es otra historia.
La historia trata de cuatro niños: Cristopher, Cathy, Carrie y Cory -estos dos últimos, gemelos- que ven romperse la burbuja de felicidad que encerraba su perfecta familia, cuando su padre muere el día de su cumpleaños en un accidente. Quedan al cuidado de su hermosa pero inútil madre Corrine, quien desesperada por las dificultades económicas decide buscar el amparo de sus padres, con los que perdió contacto muchos años atrás, al haberlos disgustado con su matrimonio con el padre de los niños. El mundo perfecto lleno de amor que los chicos habían conocido está por terminar. Una noche son conducidos en medio de las sombras a la mansión Foxworth, antiguo hogar de su madre Corrine, quien les promete ganarse nuevamente la confianza de su anciano y enfermo padre para recuperar la herencia que perdió por haberlo agraviado. En lugar de las riquezas, bienestar y seguridad prometidos, los niños se encuentran con el infierno del encierro, en una habitación lejana, situada en el ala norte de la inmensa y lúgubre casona, con la frialdad de acero de una abuela que parece no tener corazón, y que les deja bien en claro que los odia, con el conocimiento de que el agravio cometido por su madre fue haberse enamorado y casado con su tío, de la que nacieron ellos, como fruto de esa unión. Pero lo más duro sería enfrentarse con la realidad de tener que ser separados de su madre,  quien de acuerdo a las nuevas y crueles reglas, no se quedará con ellos, sino que según ella, debe incorporarse a la vida diaria de la casona, para tratar de ganarse el cariño del abuelo enfermo, y de esta manera asegurar su futuro, con la promesa que pronto estarán juntos de nuevo. 
El encierro dura tres largos años, en los que los niños pierden su inocencia, son maltratados por la cruel abuela, pasan por penurias inimaginables, pero lo más doloroso es que poco a poco, la ciega confianza que tenían en su madre va resquebrajándose hasta romperse. Ante sus sufridos ojos, ven operarse la transformación de su otrora amorosa madre, en una mujer fría, distante, indiferente a sus pálidos rostros y escuálidos cuerpos faltos de la luz del sol y de una vida normal. Sus visitas cada vez son más espaciadas y en el regreso de una de sus más largas ausencias les anuncia que se volvió a casar, y que está muy enamorada. El resentimiento de Cathy aumenta, la ciega confianza de Cristopher se quiebra, y los pequeños gemelos no reconocen en la enjoyada y distante mujer a su madre, pues el único cariño y cuidado maternal que reciben, provienen de su hermana mayor, Cathy. Al encierro, el maltrato, el hambre y el desamparo se le suman las hormonas desatadas en los hermanos mayores, y el incesto llega como un terrible puñal a destrozar a pedazos el resto de inocencia en Cathy y Cristopher. Los chicos menores enferman, Cory no sobrevive a la enfermedad. Tras su muerte, su madre desaparece y nunca más vuelve a visitarlos, sólo la cruel abuela continúa llevándoles alimento sin dirigirles la palabra, deciden escapar, no sin antes descubrir espantosas verdades y enterarse de las mentiras y crímenes (no hay otra forma de llamarlos) de su madre Corrine. La trama es envolvente, apasionante, literalmente te subyuga, es uno de esos libros que sabes que no sólo terminarás de leer, sino que volverás a hacerlo. La autora describe con detalles la habitación del encierro, el ático, las situaciones vividas son plasmadas con desgarradora intensidad, en fin es el tipo de libro  que sacude a quien lo lee. Este best-seller inspiró la película de su mismo nombre, estrenada en 1987, pero como por lo general ocurre, el filme no logra igualar al libro.

He leído unas tres veces esta historia, y siempre me estremece como la primera vez. Hace poco leí varias reseñas, en una de ellas despectivamente se le llamaba "novelón" y en otra "sórdido, sórdido", pues bien quiero decirles que no estoy para nada de acuerdo. Para mí, lejos de ser una historia cursi, es una obra bien manejada, magistralmente escrita y concebida, y como escritora sé que a la hora de escribir hay que despojarse de los tabúes, del temor a llamar las cosas por su nombre, desprenderse un poco del recato y hasta del pudor, para ser capaz de plasmar en palabras, una realidad que existe en la historia gestada en nuestra mente preñada. V C. Andrews fue capaz de esto y más. Tomó una historia ficticia, existente nada más en su imaginación para tratar temas tan viejos como el sol y la luna: la ambición, el incesto, el maltrato infantil, y que hoy siguen tristemente vigentes. O es que acaso no es más sórdida la horrible y común realidad de madres que al volverse a enamorar, literalmente someten a sus hijos a un encierro igualmente espantoso, confinándolos a la soledad de un apartamento, en tanto ellas viven sus vidas, con sus hijos al margen de ellas, mientras los chicos quedan solitarios, refugiados en la play station o en el X-box, navegando sin control por la internet, expuestos a peligros? Hermanos y hermanas creciendo solitarios, porque su madre desea escalar profesionalmente hasta la cima, sin sospechar quizás que entre sus hijos pueda ir creciendo un afecto no permitido. Madres que escatiman su amor y su presencia, y abusan de la ciega confianza y el amor de sus hijos quienes piensan que ella jamás los defraudaría. V C Andrews fue capaz en su novela de tocar un tema delicado. Que si recomiendo este libro? Definitivamente sí, aunque preferiría que se tuviera cierta edad para leerlo, ya que precisamente es la inocencia de los niños la que debe ser preservada. Este mes en el que se celebra el Día Internacional del Niño, quise traerlo a colación por la alerta que prende en aquellos que tenemos como mayor responsabilidad cuidar el mayor tesoro y esperanza de esta sufrida humanidad: nuestra niñez.

NIÑOS LECTORES...¿ NACEN O SE HACEN? ¡TRUCOS QUE FUNCIONAN!

Carolina del Mar, mi lectora de cinco años  U na aclaración muy importante: No soy educadora ni psicopedagoga infantil, por lo ta...