jueves, 28 de junio de 2018

NUEVA ETAPA

En noches pasadas recordaba junto a mi esposo, el ejemplo del águila, animal que para nosotros entraña un significado muy especial por lo que representa: la longevidad, la perseverancia, la fortaleza, y la capacidad de renovarse.
El ave más longeva de todas (alcanza los 70 años), nos da un ejemplo de tenacidad cuando al llegar a los 40 años toma la difícil decisión de sufrir un doloroso proceso de renovación o esperar la llegada de la muerte. Ella sabe que sus alas están demasiado pesadas para volar, sus garras han perdido el filo y se han curvado hacia dentro lo mismo que su pico, haciéndole prácticamente imposible cazar las presas y alimentarse. Eleva entonces el vuelo y busca una montaña donde aislarse para enfrentarse al dolor del proceso, la soledad y la transformación.
Contra una roca se arranca el viejo pico ¡no quiero imaginar cuánto debe doler!, y en cuanto el nuevo pico sale procede a arrancarse las inútiles y viejas garras que darán paso a unas nuevas con las que se retirará el viejo y pesado plumaje. En el proceso, cualquiera que viera a la otrora imponente ave, sentiría lástima de verla desplumada y con un pico y unas garras incipientes, tan distintos a sus antiguos instrumentos de caza. Pero todo este dolor, aislamiento y tortura tienen una poderosa razón: prolongar su existencia. Así que casi 5 meses después, aquel despojo emplumado del rincón de la montaña, cualquier día levanta el vuelo, con la imponencia de antaño, y totalmente renovada logra vivir 30 años más.
Siguiendo el ejemplo del águila, también nosotros deberíamos tener la capacidad de reconocer cuándo nuestras alas representadas en nuestros sueños, están muy pesadas y no nos dejan volar, en qué momento nuestro pico y garras que no son más que nuestra fuerza para librar con honor las batallas de la vida, se han curvado y no tienen el filo necesario para atrapar nuestras metas. Sentimos que a pesar de ser jóvenes aún, hemos envejecido en anhelos, esperanzas y métodos, y ha disminuido la pasión con la que abordábamos los retos. Cada quien decide a qué montaña retirarse y cómo se arrancará el viejo pico y las garras inútiles y cómo se vestirá con alas nuevas, lo que sí es cierto es que ¡hay que hacerlo! a pesar del miedo, la soledad o el dolor.
Hace seis años decidí abrir un blog,  hubo épocas muy fructíferas y llenas de satisfacción, y otras de total aridez. Yo me debatía entre la culpa por el abandono con el que en un tiempo consideré como uno de mis proyectos más importantes y entre la apatía de seguir encajando en un molde que ya no me quedaba. Y es que algo andaba mal: mientras yo cambiaba a pasos agigantados, el blog se mantenía idéntico. Las viejas alas, el pico curvo y las garras romas e inútiles nos estaban dejando inmóviles y hambrientos. Tuve que enfrentarme a un proceso de renovación, y en medio de él enfrenté pérdidas irreparables como la de mi padre, periodos de recesión económica, pérdidas y recuperaciones intermitentes de trabajo, quebrantos de salud y cambios de casa. Lo más curioso era que a pesar de todo, la fortaleza de mi fe me sostenía de manera increíble y en el momento menos pensado las alas comenzaron a crecer en forma de sueños renovados y el pico y las garras en estreno me apuntaron hacia nuevas metas. Hoy doy gracias a mi blog de tantos años: "La novela...un placer obstinado" por abrirme puertas, regalarme nuevos amigos y enseñarme tanto, pero en este momento de mi vida, me hacía sentir encajonada, por eso, debo decirle hasta luego a su título y a sus temáticas y darle la bienvenida a este nuevo título con el que continuaré en esta nueva etapa de mi regreso de la montaña. Espero que disfrutemos juntos de mi bitácora, contemos experiencias, vivencias y sentimientos. Los abrazo con todo mi cariño  en "ESCRITO EN LA BITÁCORA"

1 comentario:

GRACIAS POR CONTRIBUIR A ENRIQUECER CON TUS COMENTARIOS ESTE ESPACIO.

NIÑOS LECTORES...¿ NACEN O SE HACEN? ¡TRUCOS QUE FUNCIONAN!

Carolina del Mar, mi lectora de cinco años  U na aclaración muy importante: No soy educadora ni psicopedagoga infantil, por lo ta...